Trampolines

 
Es que sabía cómo iban a herirte
mis besos sin eternidad.

Una calentura sin mañana
debe saberse bien delimitada.
Un acotamiento espacio-temporal de un amor eternamente caduco.
Las vísceras en llano, sin montañas rusas.

Sabía de tu afición a los trampolines en mitad de la niebla.
Sabía de tu genuina ingenuidad tozuda
resistente a toda razón comedida.

Hubiera sido divertido, lo sé.
Pero los daños colaterales
hubieran sido un siniestro total.
Un amasijo de corazones sin seguro con los pagos al día.
Rompértelo es mejor que destruirlo.

Aunque creas que es tu decisión
también es mi responsabilidad.

Fotografía Ferdinando Scianna
27ene24

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