Demonios (efectivamente Parte 2)



Los demonios son olvido.

Los acomodados campos de lavanda,
ropa planchada, horarios y sacrificios por costumbre.
Los demonios son el tiempo sin uno mismo.

Parecíamos demonios por el Rock’n Roll;
pero éramos ángeles vestidos de negro,
con camisas de mangas cortas
y bailes saltando en la cama.

Los demonios parecíamos nosotros 
por tener el corazón en flor.
Pero en realidad son el tiempo muerto.
La muerte en vida.
La vida muerta.

No me malinterpretes,
la felicidad de la cotidianidad no es vacía,
es real, deja poso y no hay que desestimarlo. 
El amor de los desayunos a toda prisa porque vamos tarde
son regalos de la vida.

Hablo de sordera musical,
ese infierno de canciones comerciales.
De los pasos de baile sin ridículos.
De no entender Lost in Translation.
Olvidar el ballet, reemplazarlo por compromisos insulsos.

Olvidar el espíritu, olvidar la canción que trae el céfiro.
Háblame cada noche. 
Y sublima los demonios.

Foto by Yulia Artemyeva