Vísceras en Fusión

Tengo tantos pelos en la lengua.
Fibras en forma de escudo como último recurso,
pues mi garganta se contrae lo que puede,
como tubo termoretractil que se activa con el odio.
Mis pulmones son icebergs que lloran.
Mis entrañas son reactores nucleares
de rabia y uranio en furia.

No hay quien soporte tal exposición.

Los que juraron estar
fueron convalecientes en la gran distancia
tras mi primer embiste. 
A los que están los mantengo en mi silencio,
a tres o cuatro muros de hormigón frío,
ignorantes de mi radioactividad diaria.
(Sólo he encontrado esa forma de conservación).

Vivo en mi sarcófago de adamantium.
Protejo al mundo de mis tsunamis de ira masiva.
Y me quedo sólo en mi estructura, 
cada día con menos externalidades. 
Con tanto ruido blanco en mi cabeza
y ninguna puerta que mitigue la violencia.

Fotografía Pablo Abreu
20jul2021