Sobrevivir


Cómo se me derriten las entrañas.
Se me desvencijan las ideas
y pienso en más bien no volver a pensar.
Qué más da todo esto.
Busco mis argumentos para sobrevivir
y yo mismo los desguazo.
Qué será este harakiri constante.

Soy ese loco que golpea incesantemente
su cabeza contra la pared
pensando que ese es el remedio a la migraña.
Y me duele la vida.

Porqué no me funcionan los mejunjes de la fe,
el tabaco, las putas y el dinero.
Porqué no me conformo.
Soy un león que arranca barrotes
y con miedo a los espacios abiertos.

Trato de ignorarme,
pero difícil dejar de mirar el arma
que me apunto entre ceja y ceja;
la apunto de dentro a afuera.
Nadie más me apunta,
quizás por eso me siento solo.

Fotografía Yutha Yamanaka

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