Más vale que aprenda a amar este odio.
Vaivén a estas alturas, qué ridículo;
qué advertencia de que aún existe vida indígena.
Y tú, princesa extraterrestre,
me tambaleas, me encanta, qué ridículo;
me bamboleas, qué ridículo, me encanta;
me matas, qué encanto, gracias.
Fotografía Beijing Ren Hang
No hay comentarios:
Publicar un comentario