Se Calientan las Calderas



Se calientan las calderas
y pienso que ya no hay vuelta atrás.
El compromiso requiere unos altos mínimos,
no nos vale con medias tintas ni colmillos redondeados.
La compasión resta energía
y necesitamos velocidad hiperespacial,
- estamos hablando de otro universo que nos ha abierto sus puertas-.
Y no es un juego con el que se pueda jugar a la ligera ni tampoco pesada de ropa.
La carne se vuelve transparente
y el estímulo cristalino.
Las reservas de aliento se multiplican
como por arte de magia y milagro.

Fotografía Jan Saudek

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