No Dejas




El asedio cesará su huida.
Diamante ensombrecido de policromo y malabares.
Conjura.
Desierto de esa estancia.

¿Porqué será que continúa sin existir la indiferencia?

Odio mi amor por ti.
Ese ácido que inunda tranquilamente
desde mis ojos hasta mis pulmones.

Déjate salir.
Déjate salir.
Fluir de mi nariz a mi frente,
abre paso, oronda hueso y paz.
Sal de mí.
Habla de viento en viento.
Blasfema.
Te odio porque no dejas que deje de amarte.
Soy feliz de mí, soy feliz ahora,
y tú, amor insatisfecho,
sigues recordándote:
tú no mueres, duermes.


Fotografía de Vlad Kenner

No hay comentarios:

Publicar un comentario